Durante de la guerra: Gueto de Lodz

Las canciones callejeras aquí presentadas pertenecen al repertorio del gueto de Lodz. Artistas callejeros, que agregaban letras nuevas a melodías populares ídish y que reflejaban los eventos que tenían lugar a su alrededor, ejecutaban las canciones en el gueto. Las letras describen los sucesos y la vida diaria en el gueto durante el primer año de su existencia.

Canciones del gueto de Lodz

El gueto de Lodz

El gueto de Lodz se estableció en la primavera de 1940. En el segundo año de su existencia, los alemanes también comenzaron a trasladar judíos de Europa occidental. Además, 5.000 gitanos romaníes de Austria fueron deportados al gueto de Lodz en noviembre de 1941. Más de 200.000 personas fueron internadas en el gueto, que fue el último en liquidarse, en el verano de 1944. Cuando el Ejército Rojo liberó el gueto en enero de 1945, los soldados encontraron a unos 800 judíos sobrevivientes, que habían sido dejados por los nazis para limpiar el sitio.

El gueto de Lodz fue el último gueto de Polonia en ser liquidado, en una operación que comenzó a mediados de 1944. Fue liberado por el Ejército Rojo en enero de 1945. Las tropas soviéticas encontraron 877 judíos en el área que habían sido dejados atrás para ejecutar tareas de limpieza.

El gueto de Lodz fue convertido en un gran campo de trabajo, con talleres y fábricas. El hambre, el hacinamiento y la falta de higiene provocaron el estallido de epidemias, especialmente de tifus. Los habitantes del gueto no tenían contacto con el mundo exterior, la población local era hostil y todos los medios de comunicación con el exterior estaban prohibidos.

La administración del gueto estaba dividida en dos: la rama  política y de policía y la rama administrativa y económica. Esta última estaba concentrada en la municipalidad de Lodz y estaba encargada de hacer del gueto una unidad productiva y de poner a trabajar a la mano de obra concentrada en el mismo. El jefe de la administración del gueto era Hans Biebow. Dentro de aquél existía un ente directivo, el Consejo judío, creado por orden de las autoridades alemanas. El consejo fue establecido aún antes del gueto y fue responsable del traslado de la población judía de todos los sectores de la ciudad al gueto, encontrarle habitación y más tarde proveerle de algún tipo de vida social y cultural. Algunos de sus miembros fueron asesinados y la administración del gueto recayó principalmente en manos del “Anciano de los judíos”, Mordejai Jaim Rumkowski, el presidente del consejo. Rumkowski fue nombrado para el cargo por los alemanes el 13 de octubre de 1939, y era en esencia el jefe del gueto y el dirigente principal del Judenrat, conocido localmente como el “Beirat”. Los restantes miembros no cumplían funciones administrativas, y servían de consejeros del presidente.

Es importante destacar que el contacto con el mundo exterior, incluida la provisión de alimentos, estaba controlado por los alemanes, y se realizaba por intermedio del Departamento de Alimentación y Economía bajo la dirección de Hans Biebow. El aislamiento era casi completo dada la confiscación de teléfonos y aparatos de radio; el correo casi no llegaba y cuando lo hacía, la correspondencia pasaba por la censura.

El 7 de diciembre de 1941, el primer campo de exterminio nazi en Chelmno comenzó a funcionar. Las primeras víctimas fueron judíos de varias ciudades próximas a Lodz, todo el «campo gitano» del gueto de Lodz y prisioneros judíos del gueto. Entre enero y mayo de 1942, alrededor de 55.000 judíos del gueto de Lodz fueron asesinados, aprox. un tercio de su población. Durante el llamado Sperre, un toque de queda impuesto del 5 al 12 de septiembre de 1942, más de 20.000 reclusos del gueto, niños, enfermos y ancianos fueron enviados al campo de exterminio de Chelmno. Después de las deportaciones de fines de 1942, el gueto fue gestionado como campo de trabajos forzados: la industria del gueto había demostrado ser beneficiosa para la maquinaria de guerra nazi y la supervisión sobre el gueto se hizo más estricta.

Sin embardo en 1944 los alemanes tomaron la decisión de liquidar el gueto. Himmler ordenó a Arthur Greiser, el líder regional (Gauleiter) del Warthegau - que comprendía parte de las zonas occidentales anexadas de Polonia al Reich-, deportar a los judíos de Lodz a Chelmno y Auschwitz. La eliminación del gueto fue completada a fines de 1944. Rumkowski y su familia fueron deportados a Auschwitz con el resto de los habitantes del gueto. 800 judíos fueron retenidos para ejecutar tareas de limpieza, y se prepararon ocho fosas comunes para ellos. Sin embargo los nazis no alcanzaron a asesinarlos antes de la llegada de las tropas soviéticas que liberaron el gueto en enero de 1945.

La vida cultural en el gueto de Lodz

Las actividades culturales del gueto de Lodz representan otro capítulo – modificado por las condiciones de opresión que reinaban -, de la vida artística de los judíos de Polonia desde su establecimiento en el país en el siglo 13. Artistas individuales y actuaciones organizadas eran como pan y patatas para los hambrientos habitantes del gueto. Conciertos y funciones teatrales se daban en la “Casa de Cultura” establecida por Rumkowski. En la mayoría de los conciertos se ejecutaba música de compositores judíos. David Beygelman (1887-1944), el director regular de esos programas, también compuso algunas obras en el gueto. La “Casa de Cultura” tenía 400 butacas, equipo profesional de escenario, iluminación, etc. Además de ser sede de la orquesta sinfónica del gueto, la sala proporcionaba un escenario para la Sociedad Coral del gueto “Hazamir” y al Teatro de Revistas. Rumkowski y sus ayudantes se hacían presentes en la mayor parte de las funciones, y censuraban algunos de las canciones y sketchs que suponían ser demasiado críticos.

Moshe Pulaver era el director artístico del grupo de teatro. Hasta fines de 1941 fueron producidos ochenta y cinco espectáculos distintos a los que concurrieron más de setenta mil espectadores. La “Casa de Cultura” fue clausurada oficialmente a mediados de 1942 y convertida en una fábrica de frazadas y almohadas.

Además del teatro había actuaciones en los distintos clubes de las organizaciones juveniles que funcionaban en Marysin, el área verde del gueto, hasta fines de 1942. Junto a esto, artistas callejeros para niños y adultos expresaban la lucha y el sufrimiento diarios en el gueto. De entre los numerosos artistas de la calle, Yankele Hershkowitz quedó grabado eternamente en la memoria de los supervivientes del gueto. Algunos de estos últimos grabaron las canciones dse Hershkowitz después de la guerra. (algunos se presentan aquí). Los cantores callejeros eran una especie de cabaret ambulante, y ofrecían satiras políticas y sociales, humor y parodias de canciones populares en reacción a la vida diaria en el gueto. Los intérpretes cantaban para una audiencia no sólo hambrienta de comida sino también de libertad de expresión.

Rumkowski y sus colaboradores también censuraban esas actuaciones, que fueron interrumpidas a fin de 1942. Después de las deportaciones masivas de setiembre de 1942, los cantores, incluso Yankele Hershkowitz, se vieron obligados a abandonar las calles, dado que nadie más podía “pagarles” con comida o prestar atención a su música ya que el gueto se había convertido en una enorme y productiva fábrica. Yankele Hershkowitz continuó actuando en la fábrica en la cual encontró trabajo.

El escenario aficionado en el lugar de trabajo era un evento común, especialmente después del cierre del teatro y el fin de los espectáculos callejeros, cuando los artistas se volvieron parte de la fuerza laboral. Las actuaciones continuaron hasta junio de 1943, cuando Rumkowski decretó que no habría más espectáculos de ese tipo, ya que los consideraba una amenaza a su autoridad.

A lo largo de la existencia del gueto la creatividad artística continuó en otros marcos privados y domésticos. Lecturas de poesía, declamaciones, actuaciones danzantes, canto y oración sirvieron siendo expresión de la libertad espiritual en el gueto.

Las canciones del gueto de Lodz grabadas por el Comité Histórico de Múnich, bajo la dirección de Shmerke Kaczerginski, provienen especialmente de los cantores callejeros del gueto. Estas relatan la historia de la vida en el gueto de Lodz en letra y música, y tienden un puente entre el pasado y el presente, y expresan la esperanza de un futuro mejor.

Kaczerginski no publicó en su libro las obras incluidas en esta exhibición y no se convirtieron en parte del repertorio de canciones de recordación del Holocausto. Las canciones del gueto de Lodz, especialmente las callejeras, fueron investigadas por la Dra. Guila Flam y algunas han sido reinterpretadas por artistas contemporáneos.