El juego de sus vidas
Las historias de Justos de las Naciones que dedicaron sus vidas al deporte

Anthonie Pieter Wetemans y Judith Wetemans (de Graaff)

Países Bajos

Judith Wetemans-de Graaff y Anthonie P.W. Wetemans De izquierda a derecha: Harry de Wolf, Anthonie P.W. Wetemans, Jaap Valerius (oficial deportivo), S.A.R. Príncipe Claus de Holanda, Hans Teengs Gerritsen, vicepresidente del Comité Olímpico Árbol plantado en honor de Anthonie Pieter Wetemans y Judith Wetemans (de Graaff), Yad Vashem, 2012
Judith Wetemans-de Graaff y Anthonie P.W. Wetemans

Antes y durante la guerra Anthonie Wetemans había sido instructor deportivo y propietario de un club en La Haya. Desde 1939 había estado dando instrucciones dos veces por semana a Harry de Wolf. Anthonie era buen amigo del padre de Harry. Esas lecciones continuaron durante la guerra y a pesar de que no era fácil, perduraron hasta 1943. Por entonces Harry tuvo que abandonar su casa debido al peligro que significaban las redadas. Los Wetemans decidieron ofrecerle refugio a Harry en su club deportivo, situado en Noordeinde 16, La Haya.

Harry estuvo escondido allí durante 18 meses, ocultado cómodamente en un espacio preparado detrás de una pared falsa. Había allí una cama, frazadas, material de lectura y velas.

Harry no era el único que se escondía con ayuda del matrimonio Wetemans. Algunos estudiantes judíos estaban ocultos de un modo similar: H. Boxhoorn, Ies Boxhoorn, Harry Nilsen, R. Erhelens, H. Shaffrath, y A.V. Oosten. Todos eran cuidados por los anfitriones.

En 1943 fui atrapado por los alemanes y me enviaron a trabajar en Normandía, Francia. Poco después conseguí escapar y regresé a los Países Bajos vía Bélgica. Llegué a principios de 1944 y fui alojado por los Westemans. Ellos me ofrecieron un lugar para esconderme en su escuela deportiva en Noordeinde 16 en La Haya.

Harry Nilsson, sobreviviente del Holocausto

Judith Wetemans era responsable especialmente de traerles la comida. Esto era especialmente difícil en los meses de hambre del invierno. Nunca hubo referencias a la cuestión financiera. El matrimonio actuaba motivado por sentimientos de amistad hacia sus semejantes y un deseo de resistir al enemigo.

Los sobrevivientes mantuvieron contactos amistosos con la familia Wetemans durante muchos años después de la guerra.

El 14 de abril de 1986 Yad Vashem reconoció a Anthonie Wetemans y a su esposa, Judith Wetemans-de Graaff, como Justos de las Naciones.