Monastir bajo la ocupación búlgara en la Segunda Guerra Mundial

Inmediatamente después de completar su organización inicial, las autoridades búlgaras comenzaron a imponer medidas antijudías. Todas las tiendas y los talleres de los judíos fueron marcados con una señal, y para fin de 1941, un comité especial documentó todas las propiedades judías de la ciudad.

En octubre de 1941, fue comunicada una orden especial por la que se prohibía a los judíos todo tipo de comercio y artesanía, y los obligaba a cerrar sus negocios hasta fin de ese año. Unos meses más tarde, un nuevo decreto ordenaba a todos los judíos de Macedonia, incluidos los de Monastir, a pagar un quinto de sus propiedades como «impuesto especial». De esta forma, los búlgaros completaron el expolio de las propiedades judías que habían comenzado los alemanes.

Con el propósito de obtener un panorama completo de los bienes en posesión de los judíos, las autoridades búlgaras, en conjunto con los municipios, la policía y el banco nacional búlgaro, organizaron comisiones especiales de registro. Estas comisiones comprobaban las declaraciones de propiedad y, muchas veces, confiscaban los bienes con el pretexto de que aquellas «no contenían toda la información».

Concentración y aislamiento de los judíos

Bajo la dominación búlgara, los judíos se convirtieron en apátridas y carentes de derechos básicos. Como se ha mencionado, sus bienes fueron confiscados y su capacidad de sustento se vio severamente perjudicada. La ocupación también limitó en gran medida al área en Monastir en el cual podían residir, y debieron hacinarse en una zona estrecha a las orillas del río Dragur. Aquellos que vivían en la orilla del frente, fueron obligados a trasladarse y sus propiedades incautadas. Tenían prohibido llegar al mercado antes de las 10 de la mañana, de forma que apenas podían adquirir productos, dado que hasta las nueve casi todos los alimentos ya habían sido vendidos.

En mayo de 1941, los jóvenes judíos fueron reunidos en el edificio del ayuntamiento y llevados de allí a realizar trabajos forzados. Debían transportar rifles y municiones desde los depósitos militares a la estación de trenes. El trabajo continuó durante varios días y durante los mismos, los jóvenes consiguieron arrojar algunas cajas de municiones al costado del camino, que luego recolectaron al amparo de la oscuridad.

El Comisariado de Asuntos Judíos

El 26 de agosto de 1941, el gobierno de Bulgaria decidió establecer, en el marco del Ministerio del Interior, un Comisariado de Asuntos Judíos. El ministro del interior, Peter Gabrovski, nombró a Alexander Bélev como jefe de la nueva oficina. Bélev, que estaba fuertemente vinculado al embajador alemán en Sofía, Adolf Heinz Beckerle y al representante de Adolf Eichmann, Theodor Dannecker, envió representantes a todas las ciudades de Macedonia, incluida Monastir. El representante del Comisariado en ésta era Iván Zahariev, vicealcalde de Skopie.

Arresto y deportación

En abril de 1942, como consecuencia de una delación, los búlgaros arrestaron cierto número de activistas comunistas, entre ellos algunos jóvenes judíos, y los sentenciaron a 15 años de prisión. Por ello los jefes del movimiento clandestino acordaron incorporar a un pequeño grupo de jóvenes judíos que había sido expuesto, a las filas de una unidad de partisanos en proceso de formación.

A principios de diciembre de 1942 la mayoría de los líderes comunitarios de Monastir fueron arrestados y deportados de la ciudad, entre ellos León Kamhi. Fueron dispersados en aldeas a lo largo del territorio búlgaro y retenidos allí, con el propósito de dejar a la comunidad desprovista de liderazgo o guía como paso previo a su futura deportación.