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Archivo de Yad Vashem 813/3


Archivo de Yad Vashem 81DO5


Archivo de Yad Vashem 4613/907


Archivo de Yad Vashem 3271/72


Archivo de Yad Vashem 75GO4

Realizados por Horst Rosenthal que fue asesinado en el campo de Auschwitz.
Colección de objetos de Yad Vashem

Margot fue apresada junto con su familia mientras estaban escondidos en Ámsterdam. Sus familiares fueron enviados a campos en el este y Margot fue incorporada a un grupo que trabajaba en la fábrica Philips.En junio de 1944 el grupo fue deportado a Auschwitz y de allí al campo de Reichenbach en el que trabajó para la empresa Telefunken. En febrero de 1945 las mujeres fueron conducidas en una "marcha de la muerte" en dirección a Checoslovaquia. Fueron liberadas el 10 de mayo en Dinamarca, desde donde fueron trasladadas a Suecia.Allí Margot se enteró de que sus padres, hermano y tía habían sido asesinados. Un año más tarde emigró a la tierra de Israel."Tuve la oportunidad de tomar restos de alambres metálicos y prepararme un peine. También confeccioné dos "ruleros". Si me descubrían hubiera sido duramente castigada".
Colección de objetos de Yad Vashem
Obsequio de Margot (Fink) Berlin, Haifa, Israel


Otro hijo de Yekutiel, David de doce años fue enviado con los abuelos a Hungría. Cuatro meses estuvieron escondidos en la casa de María y Jan Matula y tres en la de la familia Potancok. Yekutiel tallaba piezas de ajedrez de restos de madera que encontraba en el patio y las pintaba junto con el tablero con tinta que le compraban para ese propósito. En marzo de 1945 la zona fue liberada y la familia regresó a Bratislava adonde se enteraron de que David y los abuelos habían sido deportados a Auschwitz y asesinados.
Colección de objetos de Yad Vashem
Donated by Noah Stern, Mevasseret Zion, Israel


Colección de objetos de Yad Vashem
Obsequio del Dr. Paul y la Sra. Hilda Freund, Jerusalem


Obsequio del Comité de Documentación de Praga. Cortesía de Alisa Shek, Cesarea, Israel
Colección del Museo de Arte de Yad Vashem


Obsequio de Otto Ginz, Israel
Colección del Museo de Arte de Yad Vashem


Colección del Museo de Arte de Yad Vashem


Obsequio de la artista
Colección del Museo de Arte de Yad Vashem

Durante la guerra, el judaísmo europeo se encontró sumido en una lucha constante por la supervivencia. Sin embargo, incluso bajo las terribles condiciones imperantes, hubo aquellos que actuaron en áreas que van más allá de las meras necesidades de la existencia humana y arriesgaron sus vidas, deliberada e intencionalmente, en pro de valores elevados, entre ellos educando a sus hijos, manteniendo valores religiosos y tradicionales y llevando a cabo actividades culturales.
Lamentablemente, no todos sobrevivieron el infierno del Holocausto, pero sus acciones atestiguan la vitalidad del espíritu humano. Uno de los fenómenos que demuestran el intento de supervivencia espiritual es el esfuerzo realizado por judíos para documentar la vida en los guetos y los campos. Artistas e intelectuales, niños y gente común escribieron y dibujaron con el propósito de registrar el terror y la crisis que imperaban en la sociedad judía. Estas actividades no sólo permitieron a muchos elevarse por encima de las humillaciones y los maltratos, sino que en algunas ocasiones alertaron al mundo libre sobre la realidad en la que estaban inmersos. Incluso en los campos, se encontraron evidencias de las actividades a través de las que los prisioneros pudieron, aunque más no fuera en su imaginación, trascender las barreras de su situación y del ambiente que los rodeaba. Si bien sólo unos pocos tomaron parte en esas actividades, su importancia radica no en su cantidad, sino en la presencia de ánimo necesaria para su realización dentro de una realidad de humillación y persecución.
A pesar de la realidad de depredación que debieron soportar los judíos de Europa, muchos se movilizaron para asistir a los más débiles, estableciendo organizaciones de ayuda mutua y asistencia social. En los campos, ayudar al prójimo se convirtió muchas veces en un asunto de vida o muerte, acompañado de dilemas morales preñados de dificultades. Al ayudar a otro, ya sea con comida, ropa o trabajo, el individuo arriesgaba sus propias posibilidades de supervivencia. Sin embargo, muchos se pusieron en grave peligro para salvar otras vidas. Por ejemplo los partisanos judíos, que rescataron a no combatientes, mujeres y ancianos, y aquellos que trataron de proteger a los niños y su mundo particular.