En vísperas del Año Nuevo

De nuestra colección

Tarjeta de Rosh Hashaná que Rudolph-Reuven de Roos escribió a sus padres, Isidore-Yitzjak y Margarete-Bernadina, en septiembre de 1943

Tarjeta de Rosh Hashaná que Rudolph-Reuven de Roos escribió a sus padres, Isidore-Yitzjak y Margarete-Bernadina, en septiembre de 1943
¡Que estés inscrito por un buen año!
Manzana y miel [en hebreo]
Queridos papá y mamá,
Este año, estoy escribiendo mi tarjeta con una pluma estilográfica, pero también con la esperanza de que este sea un buen año para todos los judíos en los Países Bajos y más allá. Como ya dijimos en Pésaj (Pascua judía), que pronto estemos trabajando en la tierra de Israel».

El pequeño Rudolph, de doce años, escribió estas palabras en una tarjeta de Año Nuevo adornada con ilustraciones en color, la víspera del encarcelamiento de su familia en Westerbork. Las palabras «la tierra de Israel» fueron escritas en hebreo. Isidore-Yitzjak de Roos y su esposa Margarete-Bernadina vivían en Ámsterdam. Ambos eran maestros y la familia llevaba un estilo de vida judío tradicional. Tuvieron dos hijos, Rudolph-Reuven (n. 1931) y Shlomó Ephraim (n. 1933).

Aproximadamente dieciocho meses después de la ocupación alemana de los Países Bajos, la familia tuvo que abandonar su hogar y trasladarse al barrio judío de Ámsterdam. Isidore se vio obligado a dejar su puesto como profesor de historia y francés en la escuela secundaria local y comenzó a enseñar en la escuela judía. Los niños fueron expulsados de la escuela pública a la que habían estado asistiendo y trasladados a la escuela judía. La víspera de Rosh Hashaná, el 29 de septiembre de 1943, tuvo lugar una última cacería humana en Ámsterdam, en la que unos 2.000 judíos, incluidos los líderes del Joodse Raad (Consejo judío) y sus miembros principales, fueron deportados al campo de Westerbork. Entre ellos también estaba la familia de Roos.

El 1 de febrero de 1944, la familia fue deportada al campo de Bergen-Belsen, donde Reuven celebró su Bar Mitzvá. En su testimonio, Reuven recuerda que recibió varios obsequios, entre ellos una rebanada de pan con margarina y mermelada que su madre logró conseguirle. «Fue lo más hermoso que un niño Bar Mitzvá ha recibido en toda su vida», dijo Reuven. Los prisioneros de Bergen-Belsen padecían desnutrición grave. En junio de 1944, cuatro meses después de su llegada, Isidore fue asesinado en el campo. Margarete y los pequeños sobrevivieron.

Archivo Fotográfico de Yad Vashem O.75 / 3454