Deportación de los judíos de Oswiecim al gueto de Bendzin, Polonia, abril de 1941

Oswiecim fue ocupada por los alemanes en septiembre de 1939. Soldados alemanes, acompañados de Volksdeutsche (miembros de la etnia alemana), comenzaron a atacar a los judíos y a saquear sus propiedades. A los pocos días del comienzo de la ocupación una de las sinagogas fue incendiada. Sus movimientos fueron restringidos y sus propiedades confiscadas por medio de decretos draconianos y a lo largo de 1940 se los concentró en un barrio abierto de la ciudad. Centenares sufrieron la deportación a campos de trabajos forzados. A pesar de las persecuciones los judíos siguieron manteniendo actividades culturales e incluso lograron absorber refugiados deportados a Oswiecim de otras localidades.

En abril de 1941 los alemanes ordenaron a los judíos abandonar Oswiecim y trasladarse a otras ciudades en Silesia, en especial Sosnowiec y Bendzin. Durante la expulsión se les permitió llevar algunas posesiones personales. Algunos rentaron carros en los cuales cargaron los objetos. La deportación duró siete días, al cabo de los cuales la comunidad judía de Oswiecim dejó de existir. En las deportaciones del verano y otoño de 1942, los judíos de Oswiecim fueron enviados –junto a los habitantes de los guetos que habitaban– a los campos de exterminio.

En las afueras  de Oswiecim los alemanes erigieron Auschwitz, el complejo de campos de trabajo y de muerte en los cuales fueron asesinados más de un millón de judíos, cien mil polacos, decenas de miles de rusos, gitanos y otros.

Archivo fotográfico de Yad Vashem 70CO3