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Archivo de Yad Vashem 4613/451


Archivo de Yad Vashem, 933/7/17


Archivo de Yad Vashem, 933/7/42


Archivo de Yad Vashem, 33/1867


Archivo de Yad Vashem, 4613/437


Archivo de Yad Vashem, 4613/449


Archivo de Yad Vashem, 4613/1115


Éste archivo contiene la colección más importante conocida de documentos sobre el Holocausto. Los documentos fueron escritos, creados y coleccionados por las mismas víctimas en tiempo real mientras vivenciaban y sufrían los horrores del Holocausto
Colección de objetos de Yad Vashem
A préstamo del Żydowski Instytut Historyczny Instytut Naukowo-Badawczy, Varsovia, Polonia


La esquela está escrita sobre una tarjeta de trabajo que utilizaba en la época del gueto. Entre otras cosas dice: "Todavía estoy vivo. Mañana no sé. Escribo cuando ya no hay más judíos en Varsovia. Quisiera ver a mi amada mujer y a mis dos amados hijos...Días duros transcurren para mí. Quiero vivir. Siento el final". Al reverso dice en idish: "Si alguien encuentra lo que escribí, publíquelo en un periódico para que mis familiares que quizás sobrevivieron sepan que en ese tiempo todavía estaba con vida".La carta fue encontrada entre las ruinas del gueto de Varsovia en 1965. No se sabe cual fue el destino del autor


Yael Rosner (Zosia Zajczyk) fue escondida durante muchos meses en un sótano en el gueto de Varsovia junto con su muñeca Zosia que había recibido de su madre, Natalia. Ésta se ocupaba de sacar de contrabando niños del gueto y la muñeca era la única compañia de la niña cuando debía quedarse sola en el sótano. La madre fue herida en una de las operaciones de rescate y por ello envió a un muchacho para que buscara a Zosia. Éste colocó a la niña en un saco de carbón y la cargó sobre su espalda. Cuando llegaron fuera el gueto la niña notó que había dejado su muñeca en el sótano y persuadió al muchacho a regresar dado que "una madre no abandona a su hija...". Los dos regresaron al gueto y volvieron a salir, esta vez con la muñeca.
Colección de objetos de Yad Vashem


Colección de objetos de Yad Vashem

En Varsovia, los nazis establecieron el gueto más grande de Europa durante la Segunda Guerra Mundial. Antes de la guerra habitaban la capital de Polonia unos 375.000 judíos, casi un 30 por ciento de la población. Inmediatamente después de la rendición de Polonia, los judíos de Varsovia fueron sometidos a ataques brutales y reclutados por la fuerza a realizar trabajos forzados. En noviembre de 1939 se legislaron las primeras medidas contra los judíos. Estos fueron obligados a llevar brazaletes de color azul y blanco con la Estrella de David y se tomaron varias medidas de carácter económico cuyo resultado fue la pérdida del sustento para la mayoría de los judíos. Asimismo, se costituyó un Judenrat bajo la presidencia de Adam Czerniakow. No se permitió el funcionamiento de ninguna otra organización de ayuda social.
El 16 de noviembre de 1940 los judíos de Varsovia fueron encerrados en el gueto. Sus habitantes comprendían un tercio de la población de la ciudad; el gueto ocupaba una superficie equivalente al 2.4% de la misma.
Decenas de miles de refugiados expulsados a Varsovia aumentaron a 450.000 el número de personas confinadas. Rodeados por un muro que fueron forzados a construir, bajo una vigilancia severa y violenta, los judíos fueron aislados del mundo exterior. Dentro del gueto sus vidas transcurrían entre una lucha porfiada por la vida o la muerte por enfermedad y hambre. Las condiciones de vida eran insoportables. El hacinamiento llegaba a 6 y 7 personas por habitación y las raciones de alimentos constituían no más de un diez por ciento de los requerimientos diarios de un ser humano. La actividad económica era insuficiente y en su mayor parte ilegal. Ésto incluía el contrabando de comida. Los que participaron en actividades económicas «ilegales» o que poseían algún ahorro constituyeron la mayoría de los que lograron sobrevivir por algún tiempo.
Las murallas del gueto no lograron paralizar la creación cultural de sus habitantes. Intelectuales, científicos y artistas no interrumpieron sus actividades a pesar de las graves circunstancias que los rodeaban. Por el contrario, la ocupación nazi y la expulsión al gueto impulsaron a muchos artistas y creadores expresar la tragedia que conmocionó su existencia. En el gueto funcionaron bibliotecas clandestinas, el archivo «Oneg Shabat», muchos movimientos juveniles e incluso una orquesta sinfónica. El libro, el estudio, la música y el teatro se convirtieron en un refugio ante la triste realidad que los rodeaba y en una remembranza de días mejores.
El hacinado gueto se convirtió en un foco de epidemias y de mortalidad masiva, ante las cuales las instituciones comunitarias judías, especialmente el Judenrat y las organizaciones de caridad fueron impotentes. Durante toda la existencia del gueto de Varsovia murieron más de 80.000 personas dentro del mismo. En julio de 1942 comenzaron las deportaciones al campo de exterminio de Treblinka.
Al recibir las primeras órdenes de deportación el presidente del Judenrat, Adam Czerniakow, se negó a tomar parte en la preparación de las listas de candidatos a la expulsión. El 23 de julio de 1942 puso fin a su vida.