La comunidad judía de Ioánina durante el Holocausto
La ocupación italiana de Ioánina
En vísperas de la guerra entre Italia y Grecia, en octubre de 1940, judíos de Ioánina fueron llamados a filas por el ejército griego. Los reclutas judíos de la ciudad estuvieron entre los primeros soldados griegos apostados en el frente albanés (Albania había sido ocupada por Italia un año y medio antes). Cinco judíos de Ioánina cayeron en combate y muchos otros resultaron heridos. Algunos soldados judíos de Ioánina obtuvieron rangos elevados en el ejército griego.
Debido a la cercanía de la frontera griega con Albania los residentes de Ioánina sufrieron muchas penurias durante la guerra, tales como desempleo, inflación y hambre. Sólo unos 2.000 de los 5.000 judíos de la ciudad permanecieron durante la guerra. El resto emigraron antes del comienzo de las hostilidades o huyeron más tarde a otras partes de Grecia. La ciudad cayó en manos de los alemanes pero la administración fue entregada a los italianos.
En la primavera de 1943 los judíos de Ioánina comenzaron a recibir cartas y telegramas de parientes y amigos de otros lugares de Grecia bajo ocupación alemana. Así se enteraron de lo que estaba aconteciendo en Salónica. Algunos miembros de la comunidad insistieron de que todos estaban bajo peligro inminente, pero el vicepresidente de la comunidad, Shabetai Kabeli, rechazó esos argumentos y se opuso firmemente a que los judíos abandonasen la ciudad y se uniesen a los partisanos. Bajo la influencia de Kabeli la mayoría de los judíos decidieron permanecer en la ciudad. Sin embargo una minoría optó por seguir el consejo del Dr. Kofinas, el presidente de la comunidad, y abandonaron la ciudad, escondiéndose o trasladándose a Atenas, donde había más posibilidades de rescate y ocultamiento.
A fines de julio de 1943, después de que los judíos de Macedonia hubieran sido deportados a Auschwitz, llegó a Ioánina una división de las SS. Kurt Waldheim estaba entre los efectivos de la Wehrmacht que realizaban tareas en la región. Su unidad recolectaba información sobre los judíos de Ioánina, que era transmitida al comandante de la división de las SS, en la que se destacaba que los judíos representaban una amenaza militar. El jefe de las SS convenció a Kabeli de que los judíos de Ioánina recibirían tratamiento especial de parte de los alemanes dado que hablaban griego y no ladino. Kabeli comunicó públicamente esta información; sin embargo algunos judíos se unieron a la resistencia griega. En agosto de 1943 el movimiento clandestino mató a un soldado alemán y en represalia los alemanes ejecutaron a diez prisioneros, entre los que había dos judíos de Ioánina, Nisim Batis y su suegro, Iosef Batis.