La comunidad judía de Ioánina durante el Holocausto
La ocupación alemana, deportación y destrucción
El 8 de septiembre de 1943 Italia capituló ante los Aliados y el control de Ioánina pasó a manos alemanas. El 22 de septiembre el general de las SS Jürgen Stroop, comandante de la división que había suprimido el levantamiento del gueto de Varsovia, fue nombrado jefe de la policía en Grecia. Los judíos recibieron la orden de registrarse so pena de muerte. En Ioánina se decretó un toque de queda diario entre las cinco de la tarde y las siete de la mañana siguiente y los judíos fueron forzados a suministrar a los alemanes comida y pertrechos.
A principios de marzo de 1944 se llevó a cabo un censo en la ciudad, después del cual los alemanes encarcelaron a cuatro líderes de la comunidad judía. Los arrestados consiguieron hacer filtrar una carta desde la prisión en la que instaban a los judíos a escapar de la ciudad pero el vicepresidente Shabetai Kabuli argumentó que los alemanes no causarían daños a los judíos siempre que estos les suministrasen dinero y provisiones. También se dirigió a padres cuyos hijos habían huido de la ciudad para plegarse a los partisanos y los convenció de que persuadiesen a sus hijos a volver. Argumentaba que estos estaban de hecho colaborando con la resistencia comunista, y que de esa forma ponían en peligro a toda la comunidad. Sólo muy pocos judíos escaparon de la ciudad a las montañas, entre ellos los cuatro miembros de la familia Matsa. Otros obtuvieron documentos falsos, gracias a la ayuda de griegos, como el padre Anastasius, y lograron unirse a los partisanos o llegar a Atenas. Algunos habitante cristianos de Ioánina escondieron a judíos en sus casas. Algunos líderes de la comunidad judía excavaron túneles por debajo de la sinagoga antigua en el viejo barrio judío en el que enterraron todos los rollos de la Torá, las cortinas ornamentales y los objetos del culto.
El viernes 24 de marzo, por la noche, unidades alemanas rodearon el barrio judío, marcaron casas de cristianos con un crucifijo y obligaron a los judíos a permanecer en sus casas. Esta operación se llevó a cabo con la asistencia de la policía griega local. Judíos que vivían dentro del área de la fortaleza fueron concentrados en un hospital militar cercano y posteriormente obligados a subir por la fuerza a camiones militares. Judíos que vivían fuera de la fortaleza fueron concentrados en la plaza de Maravilis del otro lado del lago; allí los alemanes separaron a los hombres de las mujeres y los niños. Alrededor de 1.870 judíos fueron amontonados en camiones y llevados a Trikala. Esa noche durmieron en el cementerio judío de esa localidad envueltos en mantas que habían traído. Al día siguiente el convoy llegó a Larissa; en el camino habían muerto dos ancianos.
Los deportados fueron hechos bajar en un garaje militar donde estaban esperando judíos de Larissa y Trikala que habían sido traídos el día anterior. Los de Ioánina esperaron en ése lugar cerca de una semana. Bajo amenazas de muerte les obligaron a entregar sus objetos de valor. Algunos consiguieron huir sobornando a los conductores de los camiones de basura o saltando las vallas. Los escapados se unieron a los partisanos y lucharon con ellos hasta el fin de la guerra.
Desde Larissa los judíos de Ioánina fueron deportados a Polonia por tren. El viaje duró ocho o nueve días. Muchos murieron en camino. En Auschwitz se realizó una selección y algunos fueron enviados a trabajar. La mayoría, incluidos Kabeli, su mujer y sus hermanas fueron enviados a las cámaras de gas.
Las posesiones de los judíos de Ioánina fueron confiscadas por el ejército alemán y distribuidas entre los residentes locales griegos – algunos de ellos colaboracionistas con los alemanes- así como entre las autoridades griegas. Ciudadanos griegos recibieron autorización para apropiarse de casas y tiendas de los judíos deportados. Unidades de la resistencia griega recuperaron más tarde algunos restos de las posesiones de los judíos y las devolvieron a supervivientes después de la guerra. Al fin de la guerra solamente la sinagoga Kahal Kadosh Yashán estaba en condiciones de ser usada. La sinagoga Kahal Kadosh Jadash había sido utilizada como establo durante la ocupación y estaba gravemente dañada.
91% de los judíos que habían vivido en Ioánina en vísperas de la ocupación nazi en 1943 fueron asesinados en los campos de exterminio. De 2.000 personas sólo unos 164 regresaron a la ciudad después de la guerra. La mayoría abandonó el lugar durante la primera década posterior a la guerra, debido a las difíciles condiciones que reinaban. En nuestros días, por lo que sabemos, viven en Ioánina unas pocas decenas de judíos.