Una última carta de Belgrado, noviembre de 1941
Regina Kandt le escribió estas palabras a su esposo, Maximilian Kandt, la víspera de su deportación desde Belgrado. Confió la carta a una vecina cristiana, quién fiel a su palabra, guardó la carta y se la envió a un miembro de la familia de Regina, que vivía en Israel, tras la guerra:
Noviembre de 1941
Mi queridísimo Max,
Hoy o mañana me llevarán al campo. Que Dios me ayude a superar esto también. He sufrido mucho, pero sobreviví porque creí en el buen Dios y porque mi gran amor por ti, Mutzek, me dio fuerzas.
Ya han pasado meses desde que supe algo de vosotros dos. Yassa y Katiusha lo saben todo. He escondido algunas cosas, así que, si nuestro bondadoso Señor nos da la suerte de volver a vernos, no todo se habrá perdido. Katiusha fue maravillosa. Todo está arreglado de acuerdo a las condiciones. Sasha y Eva vendrán conmigo, pero no sé cuánto tiempo estaremos juntas. Te envié, a través de Yassa, 10.000 liras italianas. Espero que las tengas. Mutzek, amaba mucho a mi madre y a mis queridos hijos, pero nunca he amado a nadie en todo el mundo tanto como a ti. Por lo tanto, tú también debes ser fuerte y paciente, un día todo esto también llegará a su fin. Katiusha sabe dónde está todo. Estoy escribiendo esto por si acaso no sobrevivo, pero tengo la sensación de que nos volveremos a ver.
Abrazos y cariño para ti, Rudi, Fredi y Milcek.
Tuya Regina
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Querido Rudi,
En caso de que nunca nos volvamos a ver, Dios no lo quiera, debes quedarte con padre y cuidarlo. Si me amas, aunque sea un poquito, no te vuelvas a casar con Eva porque serás eternamente infeliz. Puede que no sea culpa suya, pero tiene un carácter terrible. Si no hubiera sido por la pequeña Sasha, no la habría apoyado. Trabajé como una esclava para ella y para el niño. Ella me explotó enormemente. Cuida de ti y de papá.
Amor y abrazos,
Madre
En noviembre de 1941, unas 7.000 mujeres y niños del área de Belgrado, Yugoslavia (actual Serbia), fueron encarcelados en el campo de Sajmiste y allí, asesinados. Entre ellos, estaban Regina, su nuera Eva, a quien menciona en su carta, y su nieto de seis años, Alexander (Sasha). Su esposo, Maximilian Kandt, que era periodista y diplomático, y su hijo mayor, Rudolf, el padre de Alexander, estaban encarcelados desde abril de 1941 en un campo en una zona bajo control italiano. Sobrevivieron y emigraron a la tierra de Israel (Mandato Británico de Palestina) en el barco «Stefan Batory». El hijo mediano de Regina, Fredi, emigró a la tierra de Israel en 1935 y su hijo menor, Reuven Dafni (Milcek), emigró en 1936 y se estableció en el kibbutz Ein Gev. Fue uno de los paracaidistas del Ejército británico que se lanzaron en paracaídas, sobre Yugoslavia, en la primavera de 1944, para rescatar judíos. Años más tarde, desempeñó el cargo de vicepresidente de la Dirección de Yad Vashem.