Monya Dunaevski, de 19 años, quiso alistarse al Ejército Rojo a pesar de su corta estatura, que le hubiera significado acceder a una exención. En el curso de la guerra un tren que lo transportaba junto con otros soldados fue bombardeado; Dunaevski fue el único sobreviviente. Descalzo y en shock caminó de una aldea a otra hasta que encontró otra unidad del ejército con la que continuó hasta Berlín.
En una de las cartas que envió a su casa relató: "Estamos cruzando la frontera de Polonia al territorio alemán… estamos dándoles una paliza a los fascistas en su guarida, tal como lo ordenó Stalin. Pronto estaremos en Berlín". "Queridos míos", comienza otra, "les puedo decir que es lo que está pasando en territorio alemán – muchos cuerpos están desparramados sobre carreteras y nadie les presta atención. Todas las aldeas y los bosques arden, toda Alemania está siendo consumida por las llamas. Estamos haciéndole al enemigo lo que nos hizo a nosotros. Sangre por sangre."
Pocos días antes de la capitulación de Alemania Dunaevski recibió un disparo en las calles de Berlín. Fue hospitalizado pero sucumbió a sus heridas el día en el que se declaró la victoria sobre Alemania. Después de su muerte su familia recibió la bolsa en la que guardaba las cartas durante la guerra.
Colección de Objetos de Yad Vashem
Donación de Yana Levin, Kiryat Motzkin, Israel
