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Viernes y vísperas de fiestas: 9:00 - 14:00.
Yad Vashem está cerrado los sábados y días festivos judíos.
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Oposición activa de judíos sometidos al dominio nazi, con el objeto de liberarse de dicho dominio o de contrarrestar o amenguar sus efectos materiales, psicológicos y morales. La resistencia judía durante el Holocausto adoptó diversas formas: organizada o espontánea, individual o grupal, visible o clandestina. Hubo formas de resistencia judía abierta y directa como las luchas armadas libradas por reclusos en guetos y campos y por unidades partisanas en zonas urbanas y rurales. Otras formas más modestas se proponían resistir al objetivo nazi de deshumanizar a los judíos, de incontables maneras: desde mantenerse limpios en las terribles condiciones de insalubridad existentes en los campos de concentración, hasta empeñarse en rezar aun sabiendo que serían ejecutados si eran descubiertos. Todas las formas de resistencia enfrentaban obstáculos insuperables, y su existencia fue en sí misma heroica. La magnitud del desastre sufrido por el pueblo judío ha impedido a menudo apreciar las verdaderas dimensiones de una resistencia ejercida aun en ausencia de toda esperanza de verdadera salvación.
Dentro de los guetos y los campo,s la resistencia no armada contra los nazis estaba sumamente difundida y formaba parte de la vida cotidiana. Para sobrevivir física, psicológica y moralmente, los judíos enfrentaron las insoportables restricciones económicas y sociales de los nazis contrabandeando alimentos, ropa y medicamentos, organizando actividades culturales como periódicos, escuelas, teatros y orquestas y manteniendo dentro de lo posible, la vida comunitaria y la asistencia mutua. Ello les ayudó a mantener su dignidad, a pesar de los esfuerzos sistemáticos de los nazis de deshumanizarlos, y contribuyó a elevar su moral frente a la incertidumbre y la muerte. Los judíos denominaban a este intento de preservar su humanidad «Kidush Ha-jaím», que significa en hebreo «santificación de la vida».
La resistencia judía combatiente, tanto las actividades de salvamento como la lucha partisana, era organizada y llevada a cabo por judíos solos o en cooperación con no-judíos. En Francia y Bélgica, los niños fueron el foco especial de las acciones de salvamento, y heroínas como Yvonne Nevejean-Feyerick salvaron a muchos ubicándolos con familias adoptivas o instituciones. En Polonia, el Consejo de Ayuda a Judíos (Żegota) ocultó a miles de niños judíos en hogares adoptivos, orfanatos públicos y conventos. En Europa oriental, numerosos judíos se incorporaron a unidades partisanas. En Europa occidental muchos participaron en la resistencia francesa y belga; hubo judíos en la resistencia griega y yugoslava en los Balcanes, y en la argelina en el norte de África.
Individuos y grupos se resistieron físicamente a los nazis escapando a regiones más seguras. Más de 300.000 judíos polacos huyeron a la Unión Soviética ante el avance nazi, mientras que decenas de miles de la región occidental de la Unión Soviética lo hicieron hacia el este. Miles de judíos lograron escapar del gueto de Varsovia al sector polaco de la ciudad y se unieron a los que vivían ocultos en toda Polonia. Millares huyeron de Eslovaquia a Hungría cuando comenzaron las deportaciones, y otros miles escaparon de Hungría a Rumania cuando ese país fue a su vez ocupado por los nazis. Los movimientos juveniles judíos contribuyeron a planear la huida de judíos de Francia a España, y de Francia e Italia a Suiza.
A pesar de las condiciones prácticamente insostenibles, hubo muchos casos de lucha judía armada durante el Holocausto. Los reclusos de los diferentes guetos y campos casi no tenían contacto entre sí, no contaban con ayuda exterior, estaban físicamente debilitados, disponían de escaso armamento y casi ningún entrenamiento de combate, y se enfrentaban contra una maquinaria bélica de inusitada potencia. En muchos casos se resistieron también a las políticas de los Judenräte, que a veces consideraron que la cooperación con los nazis lograría salvar judíos. La mayoría de los combatientes sabía que no tenían oportunidades reales de derrotar a sus opresores, pero sin embargo lucharon con todas sus fuerzas. Su objetivo era mostrar al mundo que no aceptaban pasivamente su destino y defender el honor judío: resistieron por la resistencia misma.
En alrededor de 100 guetos de Polonia, Lituania, Bielorrusia y Ucrania se formaron organizaciones clandestinas con el propósito de generar levantamientos armados o romper por la fuerza el cerco del gueto y unirse a los partisanos. En algunos casos, las rebeliones fueron espontáneas, pero por lo general, las acciones de resistencia fueron planeadas para coincidir con las fechas destinadas por los nazis a las deportaciones a campos de exterminio. El más famoso fue el Levantamiento del Gueto de Varsovia. Los nazis entraron al gueto el 19 de abril de 1943 para reiniciar las deportaciones. Los judíos, liderados por la Organización Judía Combatiente de Varsovia, presentaron combate y lograron frenar el avance alemán. Entre los judíos combatientes hubo decenas de sobrevivientes que lograron escapar y unirse a los partisanos, entre ellos miembros de la Unión Militar Judía de Varsovia.
También se produjeron levantamientos armados en muchos otros guetos. En Cracovia, la resistencia judía llegó a la conclusión que no tenían ninguna posibilidad dentro del gueto y trasladaron la lucha al sector «ario» de la ciudad, donde lanzaron ataques contra los nazis. En Vilna, los judíos que formaron la Organización Partisana Unida no se contentaron con una resistencia local e intentaron, en vano, que los judíos de toda Europa oriental se sumasen a la lucha. En Kovno los miembros de la resistencia judía procuraron conectarse con los partisanos. En Bialystok el levantamiento fracasó, el plan de fuga para unirse a los partisanos se frustró y los combatientes fueron ejecutados.
La resistencia física dentro de los campos contradecía toda lógica: los judíos no disponían de armas, se hallaban a merced de sus guardianes, estaban hambrientos, exhaustos y enfermos, y sabían que si una persona se resistía, muchos otros serían castigados. A pesar de ello, se produjeron revueltas en una serie de campos, entre ellos Treblinka, Sobibor, Auschwitz-Birkenau. En este último, los miembros de los Sonderkommando lograron matar a algunos integrantes de las SS e incendiar un crematorio.
Zadoff, Efraim (Ed.), SHOÁ - Enciclopedia del Holocausto, Yad Vashem y E.D.Z. Nativ Ediciones, Jerusalén 2004. Basado en: Rozett, Robert & Shmuel Spector (Ed.), Encyclopedia of the Holocaust, Yad Vashem and Facts On File, Inc., Jerusalem Publishing House Ltd, 2000
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